Por Albert Simó – director@viptoday.es

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A estas alturas, nadie duda de que Apple es una de las referencia mundial a nivel de marketing y comunicación y un ejemplo a seguir para muchas empresas de lujo. No puede gustar más o menos su filosofía en este ámbito pero lo que está claro es que los resultados avalan la empresa de la manzana mordida, un logo con connotaciones casi religiosas para las hordas de freaks que adoran todo lo que se deriva de la enseña californiana.


La época dorada de Apple ya ha pasado y ahora tener un iPhone o un iPad ya no tiene tanto valor para los amantes de la ostentación tecnológica. Además, los nuevos modelos no han estado a la altura de las expectativas que se habían generado en el laboratorio de marketing de la firma. La realidad es que un iPhone ya no es un producto de lujo aspiracional y las voces críticas en relación al modelo de negocio pseudosectario de la tienda de Apple se multiplican a la misma velocidad que crecen los usuarios del sistema operativo Android. En definitiva, la gente le ha empezado a ver las orejas al lobo tecnológico californiano. A los directivos de marketing y comunicación de Apple les están creciendo los enanos y parece que están empezando a reaccionar.

Los medios de referencia del sector tecnológico ya llevan tiempo hablando del reloj, el coche o la televisión de Apple. En este contexto, un directivo de la marca ha roto el tradicional secretismo que siempre ha caracterizado la estrategia de marketing y comunicación de la marca. Resulta difícil creer que un empleado de Apple se haya dejado llevar por la espontaneidad y haya realizado declaraciones que no obedezcan a una estrategia premeditada y estudiada al milímetro. Pero el caso es que, a priori, ha sido así. El responsable de ellas ha sido el director de iTunes, Eddy Cue, que ha asegurado que “a finales de año Apple a tener la mejor cartera de productos que he visto en mis 25 años”. Ya lo veremos pero, por el bien de la marca –tanto a nivel financiero como de credibilidad en cuanto a comunicación-, más les vale que sea verdad.