Por Albert Simó – director@viptoday.es

china lujo

El sector del Lujo en China está bajo el inquietante punto de mira de las autoridades del gigante asiático. La delirante lógica de una clase política dictatorial que no respeta los derechos humanos más fundamentales señala el concepto Lujo y sus múltiples ramificaciones como algo pérfido e íntimamente relacionado con la corrupción.

Los altos directivos de los grandes grupos empresariales de gama alta que operan en China han tomado nota y han generado estrategias de marketing y comunicación para desvincular sus marcas del término Lujo para asociarlas con otros conceptos, como ‘calidad’, con el objetivo de mejorar su imagen pública. Las marcas no quieren ser percibidas como empresas que únicamente están interesadas en seducir con sus propuestas a los súper-ricos y desean desligar su imagen corporativa de los conceptos negativos con los que el gobierno chino se empeña en asociarlas.

El régimen político en China se ve amenazado por el Lujo. Este trasnochado razonamiento tiene una relevancia brutal para los grandes conglomerados empresariales que operan en este sector ya que condiciona sus estrategias corporativas en todos sus ámbitos, también lógicamente en marketing y comunicación. A pesar de que es complicado hacer previsiones sobre hasta qué punto va a prolongarse esta situación, el progresivo crecimiento de una clase media con capacidad adquisitiva que reclama poder comprar productos y servicios de lujo es una garantía de que este sector tiene un brillante futuro en China. Las marcas que consigan descifrar las lógicas que rigen las actitudes adquisitivas de este tipo de consumidor y su evolución, sin duda van a cosechar grandes éxitos en sus cuentas de resultados. Y no únicamente hablo de marcas de lujo europeas que operen en el mercado Chino, sino también de la proliferación de marcas de gama alta que sean creadas en China para chinos y, quizás, también para el resto mundo.

Un aspecto claramente positivo de esta situación es la eliminación de los menús más exclusivos de China de la sopa de aleta de tiburón, un típico plato asiático de atributos gastronómicos más que dudosos que suponía la masacre de centenares de miles de tiburones al año a los que se les amputaba las aletas para, a continuación, ser devueltos aún vivos al agua y condenados a una larga y dolorosa agonía antes de morir. Aunque ésta sea una consecuencia positiva que ha venido de rebote, sea bienvenida.