Tras el informe publicado el pasado verano por parte del Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores de la Unión Europea (CCSC) –en el que se alertaba de que entre el uno y el tres por ciento de la población es potencialmente alérgica a los ingredientes naturales con los que se confeccionan la mayoría de perfumes de lujo-, las firmas de cosmética de alta gama temen que, en breve, el citado ente les pueda obligar a reformular hasta un total de 9.000 fragancias.
A pesar de que la mayoría de las fragancias ya han sido reformuladas según los criterios del órgano regulador del sector -la International Fragance Asociation (IFRA)-, se prevé que la nueva legislación sea mucho más restrictiva. La gran pregunta que ahora planea sobre el sector es cómo van a influenciar estas hipotéticas modificaciones en los olores de los perfumes y si se va a desvirtuar la personalidad de los mismos.