marketing en los cocktail de lujo

    Por Albert Simó  / director@viptoday.es – Como ya os he comentado en varios posts publicados en VIP Today, el Sector del Lujo es uno de los que más está obligado a innovar para atraer, seducir y, posteriormente, fidelizar a consumidores que, aparte de exclusividad, siempre piden ‘algo más’. Los directivos de marketing y comunicación de este tipo de empresas están obligados a ser creativos para idear estrategias y acciones que les permitan impactar más y mejor en sus potenciales consumidores obteniendo, de esta manera, mejores cifras de negocio.

    Desde la definición de la propuesta de valor de una marca hasta las complejas estrategias para relacionarse con el gran número de stakeholders de una firma de lujo. La exploración de los nuevos canales de marketing online o la ‘explotación’ de los llamados ‘Influencers’. La búsqueda de alternativas para agradar al potencial comprador de lujo cada vez es más compleja…y apasionante también.

    El concepto de Lujo ha ido evolucionando a lo largo de la historia y a medida que avanzan los años, se ha ido sofisticando cada vez más, aunque siempre está relacionado con conceptos como placer o envidia (aunque suene mal decirlo). En la actualidad, el sector del lujo vende productos, servicios pero también experiencias. Se exhibe, se disfruta y se cuenta.

     

    “El lujo del Siglo XXI se exhibe, se disfruta y se explica”

     

    Una de las tendencias de las que más se hablará en el 2016 es la denominada ‘Sensploración’, un término que se ha originado en el contexto de las bebidas alcohólicas Premium y que aglutina el conjunto de experiencias de las que el consumidor disfruta más allá del simple acto de beber un cóctel. Es todo lo que lo rodea y lo complementa. Esta tendencia posiblemente calará hondo en el ámbito de la alta gastronomía, un subsector que, a pesar de haberse caracterizado en gran parte por buscar la innovación, tiene aún por delante un gran terreno para explorar.

    Los negocios donde se sirven cócteles de lujo están creciendo por toda Europa pero, a nivel mundial, también están experimentando una enorme expansión. Por lo tanto, estamos hablando de una tendencia de impacto planetario. Un estudio recientemente publicado por la Universidad de Oxford sostiene que el recipiente en el que se sirve el cóctel tiene una importante influencia en la percepción del sabor que tiene el consumidor del mismo. El estudio apunta a que el entorno en el que se consume la bebida, si es agradable, potencia la sensación de placer.

    Desde hace décadas, la psicología y el neuromarketing han influenciado a los profesionales del marketing y la comunicación. La idea era cómo interferir en la psique del consumidor para que comprara los productos que ofrecían. En la actualidad, el consumidor ha tomado el mando de la situación y es él quien nos exige que creemos productos, servicios y experiencias que no únicamente cubran sus necesidades, sino que también le repercutan positivamente a nivel emocional. Y, obviamente, el consumidor de lujo es el más exigente en este sentido.

     

    “El consumidor de lujo no únicamente pide que se cumplan sus expectativas, sino que se superen y le repercutan positivamente a nivel emocional”

     

    Para cumplir con las exigentes expectativas de los consumidores de lujo tenemos a nuestras manos múltiples herramientas tecnológicas que evolucionarán de forma estratosférica en los próximos años. Estoy hablando de la realidad aumentada o el big data, por ejemplo, pero también de otras herramientas que nos permitirán impactar en los consumidores a nivel sensorial y, además, con un alto grado de personalización. Los sonidos, las temperaturas, los olores las texturas….todo ello nos puede ofrecer enormes argumentos para sorprender, generar más interés o fidelizar a nuestros clientes. Si las marcas de lujo logran conseguirlo, obtendrán grandes beneficios porque el cliente está dispuesto a pagar más si conseguimos brindarle experiencias con valor emocional.

    Los profesionales de la comunicación y el marketing debemos concentrarnos en cómo vender más pero también en cómo hacerlo de forma menos intrusiva, más sutil, más personalizada y más respetuosa en relación a los deseos de nuestros consumidores.