lily camera
Por Albert Simó – director@viptoday.es

El ámbito de la electrónica de consumo de gama alta y lujo es uno de los que ha evolucionado de forma más rápida en los últimos años, generando grandes volúmenes de negocio en todo el mundo. A parte de los teléfonos móviles y las tablets, los drones son un dispositivo que se ha incorporado velozmente a nuestra cotidianidad. Ya no nos resultan extraños ni los asociamos necesariamente a aparatos de uso militar.

Las nuevas tecnologías vinculadas a Internet, desde las redes sociales hasta los dispositivos fotográficos digitales, permiten a los individuos transmitir una gran cantidad de información sobre sí mismos. De hecho, mucha gente publica literalmente sus vidas en los canales de comunicación que tiene a su disposición sin ser realmente conscientes de los riesgos que entraña esta actitud. Su voluntad es ganar notoriedad, generar valor en su entornos social y conseguir la aceptación de sus públicos objetivos, justamente lo que muchas empresas también intentan conseguir mediante la implementación de estrategias de marketing y comunicación. Edificar una marca personal sólida y creíble y única es fundamental para conseguir trabajo pero también para relacionarse a nivel personal, aunque el precio que se deba pagar en muchos casos es el aislamiento de las personas por un uso irresponsable e irracional de la tecnología.

En este post os quiero presentar la llamada cámara Lily, un aparato que me ha sorprendido y que es el resultado del cruce de un palo de ‘selfie’ y un drone. Dos productos que, a pesar de llevar poco tiempo en el mercado, ya han sumado sus respectivas propuestas de valor para engendrar un artículo que ofrece unas interesantes y divertidas prestaciones audiovisuales. Para conseguir impresionantes vídeos corporativos ya no será necesario realizar grandes inversiones económicas. Este tipo de aparatos nos permiten contar con tomas de auténtico lujo, vídeos espectaculares que aportarán mucho valor a nuestra estrategia de marketing y comunicación.