La clase media en los países del sur de Europa está desapareciendo a un ritmo vertiginoso para dejar paso a un panorama polarizado en el que convivirán, ya veremos de qué manera, ricos y pobres y en el que el lujo estará cada vez más estigmatizado.

Tras el anuncio que confirmó la puesta en marcha del proyecto que convertirá el Port Vell de Barcelona en un puerto para barcos de lujo, los vecinos del barrio barcelonés de La Barceloneta, uno de los más emblemáticos y turísticos de la capital catalana, están en pie de guerra. Temen que el potencial económico del sector del lujo no sólo modifique este barrio de pescadores, sino que también cambie su fisonomía para siempre.

Los vecinos del barrio han mantenido tradicionalmente posiciones hostiles al cambio, un factor que no siempre es negativo pero que, sin duda, puede poner en peligro el estilo de vida local, un concepto a menudo difícil de definir y, por lo tanto, también de proteger. ¿Qué es realmente lo importante, lo que define la personalidad de un barrio? La respuesta a esta pregunta es precisamente lo que los vecinos de La Barceloneta deberán defender, si pueden, ante los impulsores del proyecto. Pero más allá de esto, lo que realmente temen los vecinos es que los precios de sus alquileres se suban por las nubes y, como consecuencia de ello, se vean obligados a abandonar el barrio.
El plan de transformación del Port Vell –que, según el Ayuntamiento de Barcelona y el Clúster de empresas impulsoras del proyecto, generará recursos para la ciudad y creará puestos de trabajo-, contempla la implementación de varios proyectos, entre los cuales está la controvertida transformación del Muelle de la Barceloneta en un puerto para megayates de lujo, barcos de más de 30 metros de eslora. Para ofrecer servicios a las tripulaciones se construirán dos edificios, que albergarán un spa, un restaurante de lujo y áreas de servicios y ocio. Detrás de este proyecto está el grupo de inversión Salamanca Group, que ha adquirido recientemente Marina del Port Vell, la empresa concesionaria.
Muchos son los interrogantes que panean sobre la cuestión, pero lo que en la actualidad está fuera de cualquier duda es que lo que ahora mismo es un espacio público, dentro de un tiempo se convertirá en un ámbito exclusivo para millonarios, que exhibirán su alto poder adquisitivo delante de una población local cada vez más empobrecida a causa de la crisis económica, que aún de prolongará durante muchos años. Este cada vez menos hipotético futuro es un reflejo preocupante del futuro de la sociedad de los países del sur de Europa donde la clase media está desapareciendo a ritmo vertiginoso para dejar paso a un panorama polarizado en el que convivirán, ya veremos de qué manera, ricos y pobres y en el que el lujo cada vez estará más estigmatizado.
Albert Simó – @asimotorres

Síguenos en Facebook y Twitter