Por Albert Simó – director@viptoday.es
El concepto del Lujo está íntimamente vinculado con el mundo de las sensaciones, particularmente con las relacionadas con el placer. Éstas pueden ser generadas por productos o experiencias y, en este sentido, las emociones que una determinada propuesta de valor –procedente de un elemento material, una determinada seña de identidad o de un servicio-, puede ser capaz de despertar en un potencial consumidor de lujo son fundamentales a la hora de la toma de decisión de compra por parte del mismo.
Los sentimientos que despierta el lujo en los seres humanos tienen, a menudo, un fuerte componente irracional y frecuentemente desembocan en el exceso y la ruptura temporal de la rutina o la cotidianidad. Es habitual que los consumidores de lujo piensen que están adquiriendo uno u otro producto impulsados por elementos racionales como la calidad, la durabilidad, la eficiencia, etc. Pero los factores subconscientes son fundamentales a la hora de determinar el auténtico porqué de su decisión de adquirir uno u otro producto de gama alta. Por este motivo, las marcas de la Industria del lujo y sus responsables de marketing y comunicación están invirtiendo grandes esfuerzos en incidir positivamente para los intereses que representan en la psique de sus colectivos de potenciales consumidores. Hay un largo camino por recorrer en este sentido durante el cual las marcas de lujo invertirán ingentes cantidades de recursos.
Más allá de las fronteras del ADN del Lujo
Existen en el mercado unos determinados productos y servicios que englobamos en la categoría Lujo; en cierto modo, podríamos afirmar que comparten un mismo ADN pero que, a pesar de ello -incluso los que, a priori, parecen ser más similares-, no son iguales. Ciertamente estamos hablando de sutilezas pero, en la Industria del Lujo, los detalles son lo que marcan la diferencia.
¿Qué es el Lujo? Una pregunta que, en la actualidad, aún sigue siendo objeto eterno de debate en el seno de la Industria. Personalmente, considero que es mucho más interesante ir más allá de lo que podríamos denominar ‘definición del ADN del Lujo’. Lo más interesante es intentar descubrir los distintos porqués que impulsan a un consumidor de lujo a elegir un producto entre varios que comparten características ‘genéticas’ prácticamente idénticas.