Tras la normalización diplomática entre los Estados Unidos y Cuba, la isla caribeña se ha convertido en un atractivo destino para ciudadanos norteamericanos, que han llegado en un volumen más que notable aportando una interesante inyección de capital a la economía cubana. Pero la propuesta de valor de Cuba desde el punto de vista turístico aún está por explosionar y se prevé que, en pocos años, se desarrolle de forma muy considerable. Esta tendencia, sin duda, comportará la apertura de hoteles de lujo pero también restaurantes y empresas de servicios de gama alta de distintos perfiles. Veremos en las calles de La Habana tiendas de emblemáticas firmas norteamericanas como Apple o Nike, así como también marcas de lujo.
El desembarque en Cuba de los grandes conglomerados empresariales de la Industria del Lujo será posiblemente posterior y más progresivo. Los valores que representan para muchos cubanos las firmas más notables del Sector están vinculados a conceptos negativos como la ostentación o el exceso, que chocan frontalmente con la ideología actual del Régimen. Curiosamente, esta circunstancia no impide que operen en la isla con total normalidad varias cadenas hoteleras de lujo. En cualquier caso, los directivos de marketing y comunicación de estas marcas deberán negociar con los dirigentes políticos cubanos los términos de su implantación en la isla caribeña, un debate que seguramente no será fácil pero que, con toda probabilidad, terminará con la implementación de grandes tiendas de marcas internacionales de lujo en Cuba. (A. Simó)